viernes, 24 de abril de 2009

Faltaba una hora para el estreno. Se notaba la tensión y el nerviosismo en todas las caras. Yo parecía estar tranquilo, pero seguramente mi cara expresaba los mismos sentimientos previos al gran estreno. Gente corriendo de un lado a otro, maquillándose, me falta el collar, se me ha roto un zapato. Faltan 30 minutos. Abren las puertas, la gente empieza a entrar y ocupar los asientos. A medida que se llenaba el teatro subía el nerviosismo. Quedan apenas 5 minutos cuando el director nos reúne, nos tranquiliza y nos asegura que lo haremos bien. Todos reunidos, en medio del escenario, como un verdadero equipo. Con el telón cubriéndonos, sabiendo, que al otro lado hay gente impaciente por vernos en nuestros papeles. Todo el mundo en su sitio, a su tarea. Fuera luces, música, se abre el telón. Que empiece el show.



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