martes, 3 de febrero de 2009

Siempre que puedo observo. Me gusta observar. Me fascina.
Observo a la gente. Su manera de andar, de gesticular, de actuar, de hablar. Intentar saber en que piensan, a donde van. ¿Es o no es fascinante?. Pero no solo observo personas. Observo los edificios, las tiendas, los árboles, las carreteras. Y en especial, las vallas publicitarias, son mi debilidad. Me encantan. Me fijo en la forma y en el contenido, en el producto y en el eslógan, en los colores y los tamaños. Hasta el más mínimo detalle. Incluso en la letra pequeña, donde suele poner "Promoción válida en Península y Baleares" ¡Pobres Canarias!
Sí, me gusta observar. Si fuera una enfermedad yo sería un caso en estado avanzado. Pero tranquila, me curaré. Y cuando lo haga, solo me permitiré el lujo de observarte.



1 comentario:

  1. I què té de dolent, ser tafaner? Al contrari, el món actual ens està convertint en un ramat que no es fixa en el que passa al seu voltant. I fixar-se en les coses és el primer que s'ha de fer per poder fugir de la monotonia imposada, escapar de la rutina més cansada, i ser, per fi, persona.

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